El almacenamiento en atmósfera controlada (CA) es uno de los métodos más avanzados para conservar frutas y verduras. Más allá de la simple refrigeración, esta técnica regula el entorno de almacenamiento mediante el control de la temperatura, la humedad, el dióxido de carbono, el oxígeno y los niveles de etileno. Al ralentizar la respiración y los procesos metabólicos de los productos, el almacenamiento de CA ayuda a mantener la frescura y prolonga significativamente la vida útil de las frutas y verduras.
Los sistemas de hielo en suspensión son una solución avanzada y eficiente para el preenfriamiento en la industria hortofrutícola. Tras la cosecha, el hielo en suspensión actúa de manera inmediata para neutralizar el calor producido por la respiración y la transpiración de las frutas y verduras, manteniendo una temperatura óptima de 0°C. Este proceso no solo preserva la forma y apariencia natural del producto, sino que también duplican la vida útil de los colores y la frescura en frutas, verduras y flores, en comparación con los productos que no reciben tratamiento. Para este proceso se emplean dos métodos principales: enfriamiento por inmersión y enfriamiento a baja temperatura y alta humedad. Cada uno se selecciona y adapta según las necesidades del producto en cuestión, garantizando la máxima calidad y conservación.
Los congeladores de lecho fluidizado están diseñados para congelar frutas y verduras de manera uniforme y eficiente. Su sistema de doble etapa comienza con un enfriamiento rápido de la superficie del producto hasta alcanzar su punto de congelación, mientras que la vibración mecánica evita que los artículos se adhieran entre sí. En la segunda etapa, los productos se congelan profundamente a temperaturas inferiores a -18°C, asegurando un proceso de congelación consistente. Este método es ideal para productos como guisantes, chiles, espinacas, zanahorias, brócoli, fresas, cubos de mango y manzana. Equipados con sistemas de refrigeración CO₂, estos congeladores ofrecen rendimiento energético eficiente, manteniendo la calidad y la textura de los productos congelados a lo largo del proceso.